Una de las competencias más reiteradas es la alfabetización
o competencia digital. Se requiere una ciudadanía formada, capaz de acceder a la información, evaluar de manera crítica,
organizarse y comunicarse a través de los múltiples canales,
vías y formatos existentes.
La competencial digital
Resulta complejo encontrar una definición clara y precisa de lo que se
entiende por tal pues existe una variedad de autores que conciben este concepto
de manera distinta.
Según Martin (2008) la alfabetización digital es la conciencia, la actitud y la capacidad de las personas para utilizar adecuadamente las herramientas digitales para identificar, acceder, administrar, integrar, evaluar, analizar y sintetizar los recursos digitales, construir nuevos conocimientos, expresarse a través de los recursos multimedia y comunicarse con los demás en cualquier contexto específico de la vida.
Según la OCDE (2003) la alfabetización digital supera el simple hecho de saber manejar un ordenador y se refiere a un sofisticado repertorio de competencias que impregna el lugar de trabajo, la comunidad y la vida social, entre las que se incluyen las habilidades necesarias para manejar la información y la capacidad de evaluar la relevancia y la fiabilidad de lo que se busca en Internet.
Así pues, podríamos definir la competencia digital como
la suma de todas las habilidades, conocimientos y actitudes en aspectos tecnológicos,
informacionales,
multimedios
y comunicativos, dando lugar a una compleja alfabetización múltiple. No solo supone una posesión de todo
lo mencionado con anterioridad, sino también la capacidad de ponerlos en
acción, movilizarlos, combinarlos, transferirlos, para actuar de
manera consciente y eficaz con vistas a una finalidad.
Además, se ha de comprender la utilización de las herramientas de
forma productiva, mucho más allá que un uso estrictamente operacional.